CITA PARA DOS

Cuando la pareja ve que ya no puede con sus propios recursos y que las situaciones de sufrimiento mutuo se repiten una y otra vez, ese es el momento para hacer una consulta con un especialista.

Las crisis portan en sí mismas una clave que pueden descubrir juntos.

Las crisis típicas van asociadas a momentos que son hitos en la vida y se relacionan con el crecimiento de cada uno de sus miembros asi como con el avance del proyecto de vida que se plantearon en común. Hay circunstancias que influyen y al atravesarlas ponen a prueba a la pareja, como la convivencia inicial, los embarazos y nacimientos o la imposibilidad de ellos, la crianza de los niños, la adolescencia de los hijos o su partida del hogar, las migraciones con sus duelos y adaptaciones, las exigencias domésticas, económicas o laborales, o las propias crisis vitales individuales, que impactarán de una u otra manera en la pareja y pondrán en evidencia sus fortalezas y debilidades.

Es en estas circunstancias cuando nacen o reaparecen conflictos irresueltos. Y en este escenario no es casual que se resientan la comunicación, la sexualidad e incluso los proyectos compartidos. Aquí es importante comprender que el deterioro sexual o afectivo no se detiene espontáneamente, sino que requiere autocritica, comunicación y decisión y si ello no alcanzara, un hacer diferente, una terapia de pareja para intentar revertirlo.

Una de las dificultades que aparecen antes de la consulta y se evidencia en las primeras entrevistas es que en muchas ocasiones cada uno atribuye el problema al otro y carga sobre él la responsabilidad del cambio. Antes de iniciar la terapia de pareja es esencial que ambos se comprometan porque el proceso es de los dos y hay que estar abiertos a escucharse y dialogar para ver de qué manera continúa la relación.

Se inicia así un trabajo terapéutico que implica a los dos miembros de la pareja desde el principio.

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